Muchas personas creen que amar a alguien también es sufrirlo, y no es así. El deseo de amar a alguien no tiene por qué desencadenar dolor y sufrimiento. Si esto ocurre hablamos de codependencia, una disfunción psicoemocional, en la que la persona sufre pensamientos obsesivos y compulsivos con respecto a la otra persona, objeto de su obsesión, normalmente su pareja.

 

Quien es codependiente se hace adicto a la otra persona, siendo incapaz de establecer límites, aunque la relación sea insatisfactoria. La persona codependiente no tiene la capacidad de sopesar su sufrimiento versus el amor que dice sentir hacia su pareja. Cree que su pareja no le maltrata, e incluso llega a justificar sus actos.

 

Para saber si eres codependiente de tu pareja, puedes preguntarte lo siguiente: ¿te hace sufrir, pero tienes mucho miedo a dejarle? Sabes que tiene un problema, pero ¿te sientes responsable de su “curación”? ¿A veces te propones dejarle, luego desistes y le justificas en el nombre del amor? ¿Has creído que no es tan grave, le perdonas y luego resulta peor? ¿Sientes que no te trata con el debido respeto y consideración? ¿Ocultas a tus familiares u otras personas sus episodios de violencia y/o maltrato físico y/o psicológico?

 

Si la respuesta a muchas de estas preguntas es afirmativa, puedes estar en esta situación.

El codependiente olvida sus propias necesidades para satisfacer las ajenas, y sus expectativas, con respecto a la atención que le dispense el otro, nunca son satisfechas. De modo que la persona codependiente vive frustrada y a menudo depresiva. Un codependiente se desdibuja así mismo, pues su objetivo solo es “ayudar” al otro.

Se comportan como “rescatadores”. La frustración y depresión al no poder “rescatar al otro” o “hacer que cambie” se apoderan del codependiente. Por todo lo anterior, sus relaciones resultan tóxicas, sin límites o con límites difusos, necesidades insatisfechas, frustración, rechazos y maltratos, generándose un círculo vicioso de sufrimiento.

Si te das cuenta de que estás entrando en una relación de codependencia, el equipo de psicólogos de Gomermedi te recomienda lo siguiente: comunícaselo a alguien, un familiar, una amistad. Recuerda que el adulto, es responsable de sí mismo. No puedes hacer por otro lo que esa persona no está dispuesta a hacer por ella.

 

Aplica el principio de la responsabilidad personal. Lo más importante en tu vida, como persona, eres tú. Cuidarte, hacerte cargo de ti, es primordial. Lo único que puedes controlar es tu vida y cómo decides vivirla. Toda vez que te das cuenta de que estás en una relación de codependencia las opciones son: elegir vivir con sufrimiento o darte una oportunidad de sanar tus heridas emocionales e iniciar un camino que te lleve al bienestar.

Elabora una lista de todas las situaciones destructivas. No para contactar con la rabia ni el resentimiento, sino para recordarte lo que has dejado atrás y de lo que debes mantener a distancia. Escribe una carta de perdón y compresión dirigida a ti mismo. Hazte saber que te perdonas y animas a seguir tu vida, como todo ser humano tienes derecho a errar y a corregir.

 

Ten hábitos saludables. Evalúa tus horas de sueño, descanso y alimentación. Haz los cambios que debas hacer. Distráete. Vuelve a las actividades que te gustan y se te dan bien, haz ejercicio, sal a pasear, disfruta. Así recuperarás tu autoconfianza.

Y si necesitas que nuestro equipo de psicólogos te escuche y te aconseje cómo salir de esta situación, estamos dispuestos a ayudarte para que tu vida la vivas con plenitud y cuidando de lo más valioso: de ti.